martes, 28 de febrero de 2012

CUANDO PEDRO DE MENDOZA LLEGÓ AL RiACHUELO EN SU MAGDALENA

Nota Periódico Conexión 2000 Arte y Cultura en el Nuevo Milenio

El 2 de febrero se cumplieron 476 años desde que Don Pedro de Mendoza desembarcara en la orillas del Riachuelo para fundar la Ciudad de Buenos Aires. Al cumplirse el Cuarto Centenario de aquel histórico hecho en 1936, La Boca fue testigo de un popular festejo, que evocó la llegada de los españoles y su desembarco en la Vuelta de Rocha.


Foto: Conmemoración de los 400 años de la primera fundación de la Ciudad de Buenos Aires en la Vuelta de Rocha – 2 de febrero de 1936.


En el año 1535 partió de España la expedición más importante de todas las que se habían enviado hacia América. Su destino era el Río de la Plata y estaba encabezada por Don Pedro de Mendoza quien había firmado un acuerdo con el Rey Carlos I de España con el compromiso de descubrir, asegurar y conquistar una inmensa extensión de territorio para la Corona. Para ello, Pedro de Mendoza recibió el titulo de Adelantado, correspondiente a aquellos que financiaban alguna expedición en nombre del Rey con sus propia fortuna.



Se creía que en el Río de la Plata existían tesoros y grandes riquezas semejantes a las encontradas en Perú por Pizarro y por otro lado, era necesario asegurar la presencia española frente a la disputa territorial con Portugal en el nuevo continente.



La expedición se integraba con dos mil hombres y mujeres, con provisiones de alimentos, herramientas y equipamiento que eran transportados en varias naves entre ellas la Santantonm, Santa Catalina, Trinidad, Anunciada, Santiago y la Magdalena.



Mendoza partió en agosto de 1535 desde España y llegó a las costas de Río de Janeiro antes de finalizar el año. Desde allí siguió rumbo al Río de la Plata, hasta alcanzar la isla San Gabriel ubicada frente a la actual Ciudad uruguaya de Colonia a principios de 1536.



Entonces, el Adelantado envió a un grupo de su expedición para que hiciera un reconocimiento de la orilla sur del Río de la Plata donde hallaron un lugar propicio al pie de una pequeña barranca, en la entrada irregular de un pequeño río que formaba una curva en su boca, el que constituía a su vez una buena defensa frente naves enemigas. Para la mayoría de los historiadores se trata del Riachuelo.

Entre el 2 y 3 de febrero de 1536, Don Pedro de Mendoza arribó a la desembocadura del Riachuelo en el Río de la Plata con 16 naves, a bordo de la carabela la Magdalena. Si bien no existe absoluta certeza del lugar de su desembarco, algunos historiadores señalan a la Vuelta de Rocha en La Boca o al mismo Parque Lezama como el sitio que los españoles bautizaron Puerto de Nuestra Señora Santa María del Buen Ayre

Algunos relatos de los expedicionarios señalan al lugar como algo inhóspito, lleno de insectos, mosquitos, frondosa vegetación y fácilmente inundadle. El Fuerte logró mantenerse solo unos años padeciendo sus habitantes enfermedades, falta de víveres, el ataque de los indios y peleas internas. En 1541 Domingo Martínez de Irala evacuó a sus habitantes para reforzar la población y presencia española en la Ciudad de Asunción del Paraguay, lugar desde donde partiría Don Juan de Garay para refundar la Ciudad de Buenos Aires el 11 de junio de 1580.



Al cumplirse el cuarto centenario de la primera fundación de la Ciudad de Buenos Aires, se organizó un importante festejo que incluyó la construcción de una réplica de la carabela la “Magdalena” con la que arribara Pedro de Mendoza al Riachuelo, y se organizó un desfile evocativo desde la Vuelta de Rocha hasta el Parque Lezama, con personajes ambientados de la época. A continuación se reproduce la nota publicada en el Boletín del Centro Naval Nº 516 de Febrero de 1936.



La "Magdalena" en la Vuelta de Rocha



El acto tuvo por escenario la Vuelta de Rocha, en el "Riachuelo de los Navíos", presunto lugar histórico del desembarco, donde se habían reunido numerosas corporaciones y una gran muchedumbre. Allí fué a anclar la Magdalena, y a las seis de la tarde del día conmemorativo - 2 de febrero - tres salvas anunciaron el desembarco del Adelantado. Todas las pupilas se fijaron en la Magdalena, que desde el afilado botalón de bauprés al palo mayor, que enarbolaba los colores de Castilla, y desde el asta de popa, con los del Adelantado, hasta el fanal, sugería un ambiente épico, de que era síntesis el rojo pendón izado en el trinquete.



"Aguardaban en la ribera, "ricos homes" y galeotos, frailes, regidores y soldados, además de la gentuza que, según la historia, había disfrutado largamente de sus truhanerías en tabernas y mesones de Sanlúcar, mientras la flota esperaba en el Guadalquivir a que los males físicos diesen tregua al Adelantado.



"En la hora luminosa de la tarde resplandecían las corazas de la caballería desmontada cuyos hombres, armados de arcabuz y ballesta, vestían toca con acuchillados, calzón y bota.



"Por la porta de cañones, descendía poco después a uno de los botes con los bogadores prestos la representación de D Pedro de Mendoza. Le habían precedido cuatro de sus hombres, entre quiénes se contaban el organizador de la flota, D. Diego de Mendoza, y Osorio, su maestre de campo. El remador experto acercó el botecillo rápidamente a tierra. El jefe de la expedición, cuya figura se distinguía por la gorra color castaño y el birrete con plumas blancas, llegó hasta un lanchon próximo y por él a tierra.



Allí aguardaban los caballos en que había de recorrer la "media legua" de que nos hablan las crónicas, hasta el parque Lezama sitio donde los estudios más modernos establecen que se estableció la población de Mendoza.



"La muchedumbre se apiñaba a todo lo largo de la calle ribereña que lleva el nombre del primer fundador de Buenos Aires y seguía luego por la de Almirante Brown hasta el parque Lezama, siempre compacta, regocijada y entusiasta, como pocas veces se vio anteriormente en el lugar.
"Se organizó luego una columna precedida por el pendón de Castilla, al que seguía, caballero en briosa cabalgadura, el Adelantado. Fiel fué la encarnación del fundador, cuyo impasible semblante actual corroboraba aquellas sus palabras:



"Ligadas y atadas tengo todas mis potencis corporales, pero me haré fuerte como el hierro y traspasaré el mar v la ancha tierra".


"Tras él la cruz, los franciscanos, "ricos homes", aventureros y los hombres de linaje vario incorporados a la expedición. Seguían las banderas y estandartes de las instituciones boquenses organizadoras del acto, los miembros de la comisión popular organizada en la localidad, y enorme concurrencia.

 "Todo el desfile por la calle Pedro Mendoza y luego por la de Almirante Brown fué seguido por crecida cantidad de público que aplaudía con entusiasmo, y de algunos balcones se arrojaron flores.